Según algunos expertos en gestión de personas, en el NOA cada vez es mayor la brecha entre la alta gerencia (altamente profesionalizada) y el personal de línea (especializado). En el medio, ¿quiénes están? Como su nombre lo indica, los mandos medios. Su responsabilidad es cada vez más grande, porque deben ser el nexo entre la planificación estratégica y la operativa: deben traducir el lenguaje de "los de arriba" para que ejecuten "los de abajo". Necesitan formarse en diversos aspectos. Esencialmente, en manejo de grupos, ya que estos desafíos se ven acentuados en la región por el tipo de estructuras organizacionales predominantes: la alta gerencia es la que menos gente a cargo tiene de manera directa (no más de seis o siete mandos medios), mientras los mandos medios deben manejar grupos más grandes.
La tendencia mundial sostiene que una buena estrategia no sirve de nada si la ejecución es mediocre. El mando medio, en general, suele ser el líder del equipo, ese que lleva a la práctica todo lo que se planifica, afirma a LA GACETA Mara Tomás, especialista en liderazgo y engagement. Si fuera una pieza de ajedrez, en el tablero organizacional, es el encargado de conciliar posiciones entre el rey (la línea ejecutiva) y los peones (los empleados). "No sólo deben encargarse de que la tarea se ejecute, sino también de mantener el clima laboral; suele ser la bisagra de la empresa", puntualiza la experta.
Tomás señala que pueden distinguirse varios liderazgos dentro de los mandos medios que tienen a su cargo grupos de trabajo:
Están los que deben planificar, en esa visión de futuro que toda empresa quiere darle a sus actividades.
También los que asumen los roles de programadores, que siguen al día a día de los empleados y sus objetivos. "Es decir el que se encarga de establecer qué, cómo y cuándo hacemos las cosas", puntualiza la especialista.
El tercer grupo de líderes entre los mandos medios son los considerados activos, es decir, aquellos que se ponen al lado de los trabajadores para la ejecución directa de los objetivos de la organización.
El cuarto grupo es el de los organizadores, que se encargan de vender las ideas y proyectos.
"Tal vez una misma persona puede llegar a reunir algunas de estas características y eso se observa en la empatía que tiene con el grupo a su cargo", considera Tomás. Para que el mensaje, la planificación y la ejecución sea lo más efectiva posible, el líder debe saber comunicar al grupo las metas. "Debemos estar en presencia de una persona que se convierta o tenga como rasgo de personalidad definido la experiencia en relaciones interpersonales, con el fin de saber gestionar las diferencias que puedan presentarse dentro del equipo", añade.
En los mandos medios debe predominar más la figura del líder que el del jefe que sólo da órdenes.